En Madrid ha vuelto a salir Sol. Intentaron robarlo al pueblo. Intentaron ocultarlo tras las furgonetas policiales. Intentaron cerrar las calles que lo unen al mundo e incluso borraron su estación de los planos del Metro. Cuentan que los helicópteros lo sobrevolaban, quizá temiendo que los indignados llegasen desde los cielos. Intentaron, en definitiva, que olvidásemos Sol.
Pero Sol seguía allí. Cientos de indignados se negaron a abandonar la plaza que se había convertido en el símbolo de una revolución. Una revolución que había iluminado no solo a Madrid, sino a España, a Europa entera, y que enciende cada vez mas y mas plazas por todo el planeta. No: Sol no podía abandonarse, Sol no podía rendirse, porque Sol no es una plaza, sino una bandera.
Quizá por eso quisieron robarnos Sol. Quizá creían, ingenuamente, que ocultando el símbolo olvidaríamos el movimiento. Quizá por eso violaron el derecho al libre tránsito por las calles y plazas de Madrid, cargaron contra manifestantes pacíficos, detuvieron a un periodista que solo quería informar al pueblo, cerraron la estación de metro y se volvieron contra el pueblo al que debían servir.
Pero se equivocaron. Se equivocaron quienes creían que luchaban contra doscientas personas. Se equivocaron quienes creían que podrían robarnos Sol. Se equivocaron porque no comprendieron que quienes estaban en Madrid no estaban solos, que desde toda España llegaban apoyos a quienes se enfrentaban a los antidisturbios, que a través de las redes difundíamos sus palabras y sus imágenes, que frente a la información distorsionada de los mass media nosotros, desde Internet, repetimos una y mil veces sus mensajes para quellegasen al mundo entero.
Han sido días tensos y noches de incertidumbre. También en Zafra, como en el resto del país,hemos vivido con preocupación los acontecimientos de los últimos tiempos. Aquí, desde la Plaza de los Escudos, mantenemos vivo el espíritu del 15 M . El mismo espíritu que vive en Sol, en la Plaza de Cataluña y en tantas otras plazas de nuestra geografía. Volvemos, de momento, a respirar tranquilos sabiendo que Sol vuelve a estar abierto.
Pero no podemos bajar la guardia. No podemos retirarnos ni siquiera en agosto. Y debemos comenzar a hacer planes para el próximo otoño y para el invierno, porque ni el 15 M es un recien nacido ni, como algunos desearían, es una aventura próxima a su fin. El 15 M es un nuevo modelo de convivencia que no todos entienden, pero que ha llegado para quedarse: podrán cambiar las caras, los nombres y los colores, pero no las ideas. Hemos comprendido el valor de la participación, de la transparencia, de la libertad de expresión, de la defensa de los derechos del pueblo, y ahora que somos conscientes de lo que queremos no vamos a renunciar a nuestros sueños.
A todos aquellos que habéis intentado detenernos: no os guardamos rencor, no somos violentos como vosotros, no tenéis por qué temernos. Podéis uniros a nosotros si quereis: no estamos vinculados a ningún partido, así que no nos importa si decís que sois de izquierdas, de derechas o de cualquier otra ideología. Por supuesto también tenéis la opción de oponeros a nosotros, pero debéis saber que nosotros ya no vamos a rendirnos, y eso hará que vuestra lucha será inútil. Y, si habéis creído que ocupando Sol habréis triunfado os equivocais: la Plaza de los Escudos, en Zafra, sigue y seguirá viva, y con ella cientos de plazas, cada día más, que sostendrán la luz de Sol aunque vosotros intentéis eclipsarla.
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